País de origen: Franco-belga.
Historia: El Boyero de Flandes, como su nombre lo indica, es originario de los Flandes, tanto belgas como franceses, ya que no existe ninguna frontera natural que separe estas dos regiones. Originalmente el Boyero de Flandes se utilizaba como conductor de rebaños y como perro de tiro o de mantequera. La modernización y el equipamiento de las fincas han modificado su utilización original, y en nuestros días el Boyero de Flandes sirve sobre todo como perro guardián para cuidar la propiedad y la finca, y como perro de defensa y vigilancia. Sus aptitudes físicas y morales, sus grandes cualidades olfativas, de iniciativa y de inteligencia permiten utilizarlo como perro de rastreo, como mensajero y en la lucha contra la cacería ilegal. Estuvo a punto de desaparecer en los combates que arrasaron Flandes durante la Primera Guerra Mundial. Los criadores flamencos, sobre todo el capitán Darby, consiguieron reconstruir esta raza a partir de algunos ejemplares que pudieron salvar. Su tarea principal era guardar y conducir los rebaños a lo largo del camino hasta el matadero tanto de día como de noche, además del trabajo de la granja. Se consiguió por el cruce de varias razas_new en Bélgica, tratando de encontrar un perro útil para ganado, caza y como animal de tiro. Brevilíneo, el cuerpo corto y fornido se sostiene sobre extremidades fuertes y bien musculadas, dando la impresión de fortaleza, pero en conjunto no hay apariencia de pesadez.
Carácter: El Boyero de Flandes revela en su mirada ardiente inteligencia, energía y valentía. Su carácter es calmado, fundado en una audacia prudente. Alegre y lleno de actividad, el Boyero de Flandes es inteligente y audaz, dócil y un gran vigilante, siendo esta la forma de demostrar la fidelidad que siente hacia sus dueños. Es fuerte, robusto, vital y le gusta aprender. Posee un gran temperamento y una gran confianza en sí mismo. Sólo con que su amo le muestre un poco de atención y cuidado, será suficiente para que se muestre contento y alegre.
Pelaje: Tupido. El pelo de la superficie y el pelo subyacente, que es apretado, forma una capa protectora que se adapta perfectamente a las bruscas variaciones climáticas de la región de origen de la raza. Debe ser áspero al tacto, seco y mate, ni demasiado corto, ni demasiado largo (alrededor de 6 cm), levemente desgreñado, sin ser nunca ni lanudo, ni rizado.
Colores: El pelaje del Boyero de Flandes es generalmente rojizo o gris, a menudo atigrado o carbonado; se admite también el pelaje negro, aunque no se favorece. Los pelajes claros, llamados descoloridos, no son deseables.
Talla y pesos: Altura62 a 68 cm en los machos. 59 a 65 cm en las hembras. Peso:35 a 40 kg en los machos; y de 27 a 35 kg en las hembras.